Casos de vih aliviados por trasplante de médula ósea
El paciente de Londres no fue el primero. Timothy Brown, el paciente de Berlín, es el verdadero y genuino ganador pues lo que le ocurre es una muy afortunada casualidad: Se infecta de VIH, vive con el tradicional tratamiento antirretroviral; se enferma de leucemia, tiene quimioterapias, pero no le funcionan.
Recurre entonces al trasplante de médula ósea y encuentra a un donador compatible. Sucede que este donador es peculiar. El trasplante queda bien; después de una pesadísima recuperación, el señor Brown sana no sólo de leucemia, sino de sida también.
El miedo a las enfermedades es un factor común entre la población, padecimientos conocidos como la gripe o bien que nadie prevenía como lo fue el COVID-19 durante los últimos años, son peligros latentes que se encuentran en el día a día de todos; por más que se traten de evitar contagios, siempre está el amigo, el familiar o conocido del que se sabe se contagió de un virus, una bacteria o un hongo. Los avances científicos desde su concepción han ayudado a prevenir, tratar, curar y erradicar enfermedades, sin embargo, el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) no es una de ellas. Desde este punto se tiene que hacer la distinción de cuál es la enfermedad y cuál el causante, el síndrome es la enfermedad como tal, mientras que el agente etiológico es el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH); en los días reciente ha estado circulando información sobre la cura, misma que hace referencia al virus, más no a la enfermedad que, si bien es un gran avance en la lucha contra este, no debe ser considerado como la recta final.
Antes de conocer el fundamento, proceso y resultado de la anunciada cura, se debe de conocer sobre el virus y la enfermedad; el VIH se encuentra en el consciente colectivo desde finales de los años 70, donde una serie de casos de pacientes con el sistema inmune debilitado (deficiente) fueron identificados, los casos no tenían una relación entre sí, por lo que se dificultó la rastreabilidad para detectar un posible origen de la enfermedad o contagio común, no fue sino hasta que una serie de investigadores decidieron poner el foco en estos casos para descubrir que estaba pasando, un par de años después el VIH fue dado a conocer pero, lejos de haber acabado, era el inicio de una batalla contra un agente "invisible" ya que sólo unos años después se aisló un nuevo virus, el VIH-2, por lo que el que se detectó originalmente fue re bautizado como VIH-1. Si bien el contexto científico es importante, el social no puede dejarse de lado, ya que esta enfermedad tiene gran peso en la forma que la comunidad homosexual, principalmente hombres, es vista, ya que los casos en aumento y que más resonaban eran los que se suscitaban en este grupo de la población, por lo que se asoció muy fuertemente, tanto así que fue nombrada de formas alusivas y despectivas a la comunidad; lo que dejó en la humanidad una idea de discriminación y odio, actitudes que la ciencia y movimiento sociales lograron debatir y desmentir.
Bajo ese contexto, el VIH y el SIDA fueron por varios años encasillados a un sólo grupo poblacional, lo que en términos epidemiológicos fue devastador, ya que se dejaron fuera otros que de la misma forma se estaban viendo afectados; todo se centraba en hombres homosexuales y bisexuales, sin considerar a las mujeres y niños, además de personas heterosexuales. Los demás grupos afectados eran personas que usaban drogas intravenosas, que habían recibido transfusiones de sangre, así como niños de madres seropositivas (VIH+). El haberse enfocado sólo en un sector no permitió que los estudios sobre la propagación y posible control de la enfermedad, y el virus, se hicieran con datos reales del comportamiento de estos en la población; fue gracias hasta tiempo después que los casos aumentaron en las personas mencionadas, que se vio el panorama completo sobre la transmisión y personas de riesgos. Gracias a estos antecedentes se desarrollaron formas de prevención y control, entre los más famosos está el uso de condón, el análisis clínico previo a una transfusión de sangre (tanto del donante como del receptor), revisión periódica de las madres seropositivas para monitoreo de la carga viral, y para las personas vulnerables que consumen algún tipo de droga intravenosa, bueno, la balanza de la desigualdad social y económica, se inclina de forma benefactoría a ciertas personas que acumulan bienes, que no se limitan sólo a lo económico y llegan hasta cuestiones de salubridad.
Habiendo presentado la historia y el contexto en el que se desarrolló la enfermedad y el virus, es momento de entrar en datos más técnicos, ya que gracias a los avances científicos las diferentes enfermedades y sus causantes, entre ellas el VIH, se han podido clasificar de acuerdo con sus características, de la misma forma en que se puede nombrar a un león por su nombre científico, la taxonomía se ha implementado a diferentes grupos que, si bien la delimitación sobre si un virus es un ser vivo o no, ha sido tema de debate, lo cierto es que tienen mecanismos que han asegurado su permanencia hasta nuestros días; ya sea que afecten otras especies consideradas de importancia económica o especies que no son explotadas comercialmente, los virus causantes de enfermedades están presentes y la humanidad ha tenido que convivir con ellos. La clasificación de los diferentes grupos tiene sus bases en muchos conceptos y, según el autor, unos tienen más peso que otros, de forma general, la morfología ha sido la base de esta clasificación y, más en la actualidad, son los estudios de genómica, proteómica y metabolómica los que han sido tomados en cuenta para enfocarlos en diferentes aplicaciones.
Para los virus, se clasifican según diversos criterios que no son muy ajenos a los de otros grupos, entre ellos podemos encontrar la morfología, método de replicación, composición química de sus partes ensambladas, características de su genoma, distribución, su capacidad patógena y entre otras. En este entendido, el VIH está clasificado dentro de la familia Retroviridae que hace alusión a su material genético y su forma de replicarse una vez se encuentra en un huésped, el VIH tiene ácido ribonucleico (RNA por sus siglas en inglés) como "componente" principal, y con base en ello es que se ha podido comprender su método de replicación; a grandes rasgos este proceso se llama retro transcripción en el cual se obtiene una molécula de ácido desoxirribonucleico (DNA) complementario a la cadena del RNA, esta molécula obtenida es denominada cDNA, siendo esta la que usa como base para la síntesis del mRNA (mensajero) para la futura formación de proteínas. Esta información será de utilidad una vez que se dé a conocer el mecanismo de infección una vez que una persona es detectada con el virus en su sistema.
Dentro de la misma clasificación en un nivel jerárquico más bajo (en términos de taxonomía) se encuentra el género en la que está incluido el VIH, este no es otro más que Lentivirus; como la mayoría de los nombres científicos, los de los virus también tienen una relación entre lo que nombran y sus características, en este caso, los lentivirus se caracterizan por presentar periodos de latencia largos en comparación a otros; por ejemplo, una vez que una persona se ha contagiado gripa, esta suele presentar síntomas en un tiempo corto (días, semanas) mientras que, cuando una persona se ha contagiado de VIH, puede no presentar síntomas hasta años después de que este haya entrado en su sistema, es por ello que muchas veces las personas no saben que son seropositivas hasta que se presentan síntomas, cuando el sistema inmune ya está debilitado y, finalmente, se desarrolla el SIDA. Aquí, cabe mencionar y se resalta la importancia del uso defensas contra el contagio del virus, además de métodos anticonceptivos si así se quiere, pero no sólo eso, la salud reproductiva es importante, disfrutar de la sexualidad de forma responsable, con análisis clínicos periódicos (de forma personal) y solicitándolos a aquellas personas con las que se haya decidió tener relaciones sexuales; esto debe dejar de ser un tema tabú y comenzar a ser una actitud y obligación por parte de todos.
El origen del VIH es otro de los temas que se han desarrollado, la incógnita de porqué si siempre ha estado ahí, no se habían presentado casos hasta 1980, la razón puede que suene mucho más familiar de lo que se espera; el término zoonosis hace referencia a cuando una enfermedad que era propia de otra especie por mecanismos físicos, químicos y moleculares, terminan afectando a la especie humana, nuevamente, se escuchó mucho este proceso durante la pandemia del COVID-19. Las dos "formas" del VIH (1,2) provienen de otras especies que se encuentran muy emparentadas con los humanos, a sabiendas de su historia evolutiva, estos son parte del orden Primates, mismo en el que se agrupan las especies que nosotros conocemos como simios o monos, las relaciones filogenéticas entre estos están demás comentarlas, pero es importante remarcar esta relación. Ahora bien, el VIH-1, el primero que se descubrió, tiene un porcentaje de homología bastante considerable con otros virus que causan inmunodeficiencia en chimpancés, mientras que el VIH-2 presenta la misma condición con dos virus que causan el mismo tipo de enfermedad en especies como el macaco.
Esto abrió una disyuntiva en las investigaciones ya que se debía determinar cómo es que el virus, primero, supero las barreras entre especies y segundo, cómo es que se albergó tanto tiempo entre los humanos como para poder desarrollarse una pandemia; fuera de teorías estrafalarias, la verdad es que la relación entre las especies lleva a un intercambio de todo tipo, desde la alimentación y crianza, hasta la espiritualidad, lo que permitió el transporte de estos virus a la población humana, donde, por el mismo parentesco entre las especies, el VIH fue tomando forma y abriéndose camino para poder infectar las célula humanas y finalmente desarrollarse como enfermedad. Es aquí donde se muestra la importancia de las nuevas tecnologías aplicadas a la biología molecular, análisis de proteínas y metabolismo, porque es con base en esto avances que se ha podido hacer frente a todo tipo de enfermedades, si bien no se ha encontrado la cura a muchas, otras tantas son controladas por medio de medicación, muchas otras son evitadas gracias a conocer los mecanismos de contagio y otras tantas se ha logrado encontrar la cura definitiva; es por ello que no se debe echar en saco roto los esfuerzos e investigaciones que se hacen para que todos puedan tener una vida plena en la medida de lo posible.
Ya sólo queda saber cuáles son estos mecanismos por el que el VIH se contagia, cómo infecta las células, porqué la enfermedad que desarrolla es tan peligrosa en comparación a otras Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) y cómo se ha librado la batalla contra esta; como ya se mencionó, este es un tipo de ETS lo que significa que se contagia por medio de una actividad sexual practicada sin protección, incluyendo vaginal, anal y oral, esto por medio de los fluidos que se producen durante la actividad, como el líquido preseminal el cuál muchas veces se piensa que no representa un riesgo. Pero no se limita sólo a esto, ya que se encuentra en muchos de los fluidos del cuerpo, incluidos los vaginales, es por ello por lo que la vía principal de transmisión son estos líquidos, como la sangre por las transfusiones y cuando se comparten agujas para la inyección de drogas donde uno de los involucrados es portador de VIH, contaminando la aguja. En el caso de madres seropositivas, estas pueden infectar a sus hijos durante el embarazo siempre y cuando no esté controlada la carga viral dentro de ella, ya que, en cierta medida, se ha logrado evitar lo que llaman como contagio vertical por medio de los tratamientos, donde la madre está medicada contra este virus, evitando así que el VIH sea contraído por el niño o la niña.
Lo que procede entonces, el VIH una vez dentro del cuerpo humano va a encontrar sus células diana para comenzar el ciclo vírico, esto por una serie de procesos a nivel celular y molecular; las células blanco del VIH son las células T-CD4 del sistema inmune del cuerpo, estas células son participes en el proceso de destrucción de diferentes agentes patógenos cooperando con otras células que son parte de la respuesta inmunitaria; de ahí la importancia de estas células, ya que ayudan (literalmente) a otras células a su correcta función de proteger al cuerpo. Dentro de este tipo de células existen dos correceptores, el CXR4 y el CCR5, siendo ambos indispensables para que el VIH cumpla su proceso, ya que es gracias a estos correceptores que el virus puede entrar en las células mencionadas; cabe mencionar que el VIH-1 es al que más se hace referencia ya que es más virulento y tiene un tiempo de latencia menor, además que está más ampliamente distribuido, al igual que el VIH-2 pero este último está más delimitado
Una vez que se da la infección, las células CD4 se ven disminuidas en sus poblaciones debido a que, cuando el VIH realiza su ciclo dentro de estas (aprovechando su maquinaria celular) las células afectadas se ven literalmente destruidas, esto durante el principio de la infección no causa mayores afectaciones ya que el mismo sistema inmune repone las células destruidas y tiene una respuesta en contra del virus, sin embargo, llega un momento en que se vuelve insostenible esta lucha y el cuerpo es quién termina perdiendo, al no ser capaz de reponer la cantidad de células destruidas. Cabe resaltar que no significa que una vez infectados, ya se haya contraído el SIDA, sólo se contrajo el virus, la enfermedad no se ha desarrollado y lo hará sólo en caso de que no se tengan los cuidados pertinentes, tomando los medicamentos, claro, esto no es absoluto y cada paciente y portador tendrá (o tiene) una historia diferente.
Los tratamientos, una vez adquirido el VIH, son mediante antirretrovirales que tienen como objetivo disminuir la carga viral de un paciente, esto hasta niveles indetectables, NO elimina el virus por completo del cuerpo, pero lo atacan en diferentes puntos de su ciclo, evitando su replicación y, por tanto, la destrucción de las células, esto ayuda a mantener la población de células CD4 del sistema inmune y por ende su actividad en la defensa del cuerpo. Aún desarrollado el SIDA los pacientes pueden tener este tipo de tratamiento que les ayudará a tener una mejor calidad de vida, misma que se podrá prolongar en comparación a otros pacientes que no lo tomen, y no hay que malentender esto, muchas veces un paciente no tiene los recursos o siquiera forma de saber si es seropositivo, esto depende (claro) de su condición socioeconómica, no todos tienen acceso a una prueba de VIH y menos al tratamiento; si bien esto se ha tratado de contrarrestar por medio de la instalación de unidades que hacen prueba rápidas de esta enfermedad (junto a otras) además de dar campañas de concientización sobre el VIH y el SIDA, sus riesgos y prevención. Es importante mantenerse informado y siempre, siempre, cuidarse.
Ya se tienen todas las bases para entender, ahora sí, lo que fue nombrado como la cura contra el VIH, todo se remonta al que fue llamado como el paciente de Berlín, un hombre de mediana edad de nombre Timothy Brown que fue sometido a un trasplante de médula ósea (que muchos conocen como células madre) debido a que, además de haber sido diagnosticado con VIH, sufrió de leucemia, para la cual recibió tratamiento de quimioterapia de forma continua, sin embargo, aún quedaba la preocupación por el VIH; una vez que la quimioterapia dio resultado para controlar la leucemia, desafortunadamente esta enfermedad reapareció, haciendo que los doctores tomaran la decisión de tomar otras medidas, el trasplante. Después de este evento la carga viral de Timothy se vuelve indetectable, además de que las formas precursoras del virus no son encontradas.
El segundo caso de este tipo es ahora El paciente de Londres, Adam Castillejo que fue diagnosticado con VIH, en un caso similar al caso del paciente de Berlín, el cuál además de ser seropositivo, padecía de linfoma de Hodgkin, nuevamente, esta persona tuvo que ser sometida a trasplante de médula ósea, donde (curiosamente) después de dicho procedimiento la carga viral se volvió mínima, además de que los remanentes del virus dentro del cuerpo no presentan una capacidad patógena. Tanto para este paciente como el de Berlín la única forma de comprobar que este tratamiento funcionara, fue el indicar que se dejen de tomar los anti retrovirales correspondientes a cada paciente; el tercer paciente llamado de Düsseldorf es la nueva polémica sobre este tema, ya que las condiciones se repiten, un paciente con una enfermedad "alterna" a su contagio de VIH, esta vez con leucemia, fue sometido a un trasplante de médula ósea, después de un tiempo en el que se dejó actuar el trasplante, regresó la indicación de los investigadores, dejar de tomar la medicación para el VIH, sorpresivamente el paciente presentó la ya mencionada disminución de la carga viral y lo restante no tiene la capacidad patógena.
El secreto del éxito de estos casos se basa en algo que puede sonar aterrador: una mutación, en particular una llamada "CCR5 Delta32", que, como su nombre lo indica, esta relacionada con el correceptor CCR5 de las células CD4; esta mutación ocasiona que no se exprese correctamente este componente celular, lo que evita que el VIH pueda entrar en las células y no se da el proceso infeccioso a modo que no se puede replicar el virus. Los tres pacientes de los que se habló recibieron un trasplante de médula ósea que, además de ser compatibles histológicamente hablando, eran portadores de dicha mutación, puede que suene a suerte, pero la verdad es que identificar este tipo de eventos y estudiarlos hasta niveles tan finos como lo molecular, ayuda de forma significativa a encontrar tratamientos y una posible cura contra la enfermedad. Como bien se ha indicado, está lejos de decir que es la cura definitiva, ya que el porcentaje poblacional con la mutación es muy poco, además de que los que la tienen, tendrían que ser compatibles con todas las personas a nivel mundial que tengan VIH para que el trasplante salga bien.
A esto se le suma que se ha dicho que no es necesario hacer el procedimiento a menos que el paciente lo requiera derivado de otro mal, como se expuso con leucemia y linfoma, ya que someter al paciente a este tratamiento sería innecesario y bastante doloroso.
Los tres casos son excepcionales en la historia de la medicina moderna, sobre todo con una enfermedad tan mortífera, contagiosa y silenciosa, pero esto tiene un lado malo, iniciando con que los ensayos clínicos de este tratamiento pueden durar años, que en sentido de investigación está bien, porque puede observarse el comportamiento real de los pacientes, la medicación y tanto el VIH como el SIDA, pero por otro lado aún no es factible que las personas contagiadas reciban este tipo de tratamiento.
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